¿Cuál es la relación entre adicción y depresión en varones?

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5 noviembre, 2019

¿Cuál es la relación entre adicción y depresión en varones? |

La depresión es una alteración patológica del estado del ánimo con un descenso del humor que termina en tristeza, acompañada de diversos síntomas y signos de tipo vegetativo, emocionales, cognitivos y conductuales que alteran los ritmos vitales y persisten por tiempo prolongado (al  menos  dos  semanas). Los trastornos depresivos son un importante problema de salud pública y son responsables de una parte del sufrimiento, discapacidad y deterioro de la calidad de vida.

La prevalencia de la depresión tiende a  ser mayor en mujeres que en hombres, mientras que la prevalencia de otros trastornos relacionados con el consumo de sustancias tiende a ser mayor en los hombres, llegando a duplicar la tasa de alcoholismo. El alcohol es la segunda sustancia psicotrópica más utilizada en el mundo tras la cafeína, y el tercer factor de riesgo para muerte prematura y discapacidad.

El tratamiento de esta adicción implica enfrentarse a situaciones en la que el paciente estará afectado por la sustancia, tendrá síndrome de abstinencia, supondrá un seguimiento a largo plazo y podrá verse afectado por las complicaciones asociadas a los efectos de la droga.

El tratamiento propuesto consta de un mínimo de 8 meses y se basa en terapia cognitivo-conductual, en la que puede utilizarse la entrevista motivacional y la prevención de recaídas como técnicas principales.

En cuanto a la adicción a la cocaína encontramos que algunos de los efectos psiquiátricos de esta droga son: síndrome de abstinencia, déficit atencional, alteraciones cognitivas, trastorno del ánimo, trastorno de personalidad, así como delirium tremens, hipertemia y deshidratación que puede provocar la muerte. El paciente bajo los efectos de la droga se encuentra eufórico, con sentimientos de energía, agudeza mental, mayor conciencia sensorial, disminución del apetito, mayor ansiedad y desconfianza. Los pacientes pueden presentar desnutrición, cansancio, síntomas neurológicos como convulsiones, síncopes o cefaleas, síntomas cardiovasculares, pulmonares y dermatológicos.

El tratamiento propuesto es similar al del alcoholismo, teniendo en cuenta que puede requerir un trabajo multiprofesional y a largo plazo dirigido también a la solución de problemas familiares y sociales.

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