Trabajar sobre sí mismo

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28 julio, 2015

Trabajar sobre sí mismo |

Una de las frases más repetidas por las psicólogas en el centro de tratamiento de alcoholismo y otras adicciones es Habla de ti.

Para poder hablar de uno mismo y no responsabilizar al exterior de los fracasos en nuestra vida es necesario estar dispuesto a reflexionar sobre uno mismo, querer conocerse, entender, aprender, etc

Wallenhorst (2010) expresa de una forma sencilla y clara la línea de intervención a seguir en el tratamiento de personas con problemas de alcohol y otras drogas y/o conductas adictivas:

Ahora se trata de poner palabras a los comportamientos e identificar los problemas de entrada, en lugar de rehuirlos. Este trabajo comienza con preguntas como: por qué reacciono así? Qué me ocurre cuando me siento herido por una palabra o por una mala noticia?

Los acontecimientos cotidianos no se vivirán entonces como fastidios inevitables, ni se acusarán como fuente de problemas personales, sino que la persona se posiciona con respecto a ellos asumiendo su responsabilidad. Progresivamente va descubriendo su mundo interior, disfruta experimentando sus sensaciones al tiempo que descifra su contenido. Explora su historia personal y su relación con el alcohol. Está motivada por el placer de cambiar algo en su vida, puede evolucionar hacia el deseo de cambiar su manera de vivir, después de cambiar ella misma. Explorar su relación con el alcohol la coloca frente a sus padecimientos: se trata d explorar qué es lo que esperaba del alcohol, cómo ha sido su vida cuando se alcoholizaba y cómo ha quedado atrapada en el alcohol. Hasta que no renuncie a los efectos que buscaba en el alcohol, vivirá en la ambivalencia, ya que sabe que ese producto es nefasto para ella (pues lo ha constatado en su experiencia), pero espera aún poder sacar provecho. Al mismo tiempo trabajará sobre sus relaciones afectivas y su historia personal, particularmente en la relación con su familia; a este nivel existen a menudo complejos lazos relacionados con el consumo de alcohol. Es importante permitirse decir todo lo que se experimenta, aceptando la frustración de no consumir alcohol. Progresivamente, la persona descubre otra manera de vivirse a sí misma, sin alcohol, aprendiendo a ser ella misma, sin artificios. Es un camino de humildad y al mismo tiempo un trabajo en solitario. Una paciente decía: hay que dejar de lado el orgullo. La persona conseguirá modificaciones si realmente lo desea; únicamente ella misma puede resolver su problema con el alcohol y no los miembros de su familia. Trabajando sobre sí misma, la persona descubre sus flaquezas y disfunciones, lo que la coloca en una situación frágil, pero también descubre en sí nuevos recursos sobre los que apoyarse. Es una reeducación del potencial no utilizado antes. Cuando dejan de beber, los pacientes necesitan reorganizar su vida. Algunos de ellos se vuelven hiperactivos, como si quisieran recuperar el tiempo perdido. Es necesario emprender actividades con sentido, ya que la hiperactividad es una trampa que impide a los pacientes hallar un espacio de reflexión, que es indispensable para descubrir nuevos recursos en sí mismos que no han utilizado antes; por tanto, necesitan dedicarse tiempo a sí mismos para ponerse a la escucha de su mundo interior.

A lo que el autor define como se vuelven hiperactivos nosotras lo llamamos sustituir la sustancia por otra actividad que bien siendo más saludable cumple la misma función que el alcohol u otras drogas, evadirse, mantenernos alejados de nosotros mismos.

Wallenhorst, T. (2010). La dependencia del alcohol. Un camino de crecimiento. Bilbao: Desclée de Brouwer.

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