1 diciembre, 2017
Tolerancia y tolerancia cruzada ante estímulos ambientales. Mónica Domingo Martínez|
Belloch, Sandín y Ramos (2010) definen la tolerancia como “Estado de adaptación
caracterizado por la disminución de la respuesta a la misma cantidad de droga o por la
necesidad de una dosis mayor para provocar el mismo grado de efecto farmacodinámico”
(p. 399).
Sin embargo; por un lado, Pavlov (1927) comprobó que si a la administración de una droga
como estímulo incondicionado (EI) que provocaba vómito como respuesta incondicionada
(RI), le seguía la producción de un tono como estímulo condicionado (EC), éste por sí solo
también provoca vómito (esta respuesta sería el estímulo condicionado [EC]), y por otro,
diversos estudios han observado que la manifestación de la tolerancia puede deberse,
parcialmente, a una historia de asociación de esos estímulos ambientales (EC) que
coinciden con la administración de la droga (EI) (Rodríguez Arauz et al., 2010).
Es decir, que, si tradicionalmente la medicina y la farmacología interpretan la tolerancia
como cambios neuroquímicos y fisiológicos, deberíamos también considerar la influencia
de los estímulos ambientales en ella.
¿Qué ocurre con la tolerancia cruzada?
Se define esta como el “fenómeno en el que se toma una droga y aparece tolerancia no
solo a esa droga, sino también a otra del mismo tipo o a veces de otro contexto (…)”
(Belloch et al. 2010, p. 399).
En un experimento de Rodríguez Arauz et al. (2010), estudiaron la relación entre nicotina y
alcohol y comprobaron que existe una tolerancia cruzada entre ellos (en efectos
cardiovasculares), pero que esta no se observa si la prueba se llevaba a cabo en un
ambiente diferente al del desarrollo de la tolerancia. Es decir, se producía tolerancia al
alcohol solo en el caso en que se bebiese en el ambiente en que se había fumado.
A su vez, en un experimento con ratones con diazepam y etanol (efecto ansiolítico)
Cedillo–Ildefonso, Arriaga y Cruz–Morales (2008) llegaron en tres distintos experimentos a
las siguientes conclusiones:
Etanol y diazepam producen efecto ansiolítico.
Se puede concluir que para el etanol y el diazeman suministrados independientemente
se observó tolerancia al efecto ansiolítico sin influir en elloel contexto donde se les
evalúe.
Cuando se suministródiazepam seguido de etanol, se facilitó el desarrollo de tolerancia
cruzada al etanol siempre que se realizase en el mismo contexto; sin embargo al
cambiar de contexto no se producía tolerancia del diazepam al efecto ansiolítico.
Por supuesto en ambas investigaciones sus autores señalan las posibles limitaciones y
aclaran la necesidad de nuevos experimentos.
No obstante, estos estudios nos hace pensar en los que consumen alcohol junto con otras
drogas en un determinado ambiente, y el riesgo que puede existir de sobredosis cuando
determinada droga se consuma en idéntica cantidad pero en distinto contexto, donde es
posible que no se produzca el efecto de tolerancia cruzada que en las situaciones
habituales se venía inconscientemente consiguiendo.
Referencias:
Belloch A, Sandín, B. y Ramos, F. (2010).Manual de Psicopatología, Volumen I.
Madrid: McGraw-Hill.
Cedillo–Ildefonso, B., Arriaga, J.C. P. y Cruz–Morales, S. E. (2008) Efectos del
contexto en la tolerancia cruzada diazepam–etanol en el laberinto elevado en cruz
(LEC). Revista mexicana de análisis de conducta, 34(1), pp, 111-130.
Pavlov, I. P. (1927). ConditionedReflexes. Londres: Oxford UniversityPress.
Rodríguez Arauz, A., Barrientos, I, Ruiz García, R. I. y Miranda, F. (2010). Control
pavloviano en el desarrollo de tolerancia cruzada entre nicotina y alcohol en
humanos: resultados preliminares. Revista Electrónica de Psicología Iztacala,
13(4), pp. 217-228.
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