Sexualidad y adicción

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11 julio, 2016

Sexualidad y adicción |

La asociación entre el sexo y la adicción no es una cuestión nueva, sin embargo su estudio sigue siendo actualmente poco profundo ya que no suele formar parte de los objetivos principales en los tratamientos en adicciones. Aunque pueda no tenerse en cuenta como un factor primario en el planteamiento de un programa terapéutico, toda conducta, incluida la sexual, podría realizarse a modo de evasión y ser, por tanto, un sustituto o complemento del abuso de sustancias.

Uno de los problemas más relevantes con respecto a la sexualidad es el abuso sexual infantil. Se ha comprobado que el hecho traumático puede actuar como predictor en los problemas de adicción y el trastorno de estrés postraumático. En este sentido la persona que ha sufrido este tipo de abuso sexual suele mantenerlo en secreto durante mucho tiempo o incluso nunca llegar a contarlo, sin embargo las consecuencias psicológicas que pueden producir en la víctima son devastadoras (aislamiento, sentimientos de culpa y verg�enza, baja autoestima, conductas antisociales, ansiedad, hipervigilancia, miedo al daño, consumo de alcohol y drogas�). El consumo en esta persona podrá ser empleado como vía de evasión y mecanismo de afrontamiento a una realidad dolorosa (abuso sexual) que no ha podido ser tolerada.

A pesar de habernos centrado en el abuso sexual infantil como factor de riesgo antecedente en la adicción, este suceso traumático puede producirse en la adultez y darse una vez está instaurada la adicción. Desde esta perspectiva la adicción actuaría como antecedente en el abuso sexual, es decir, el consumo actuaría como factor de riesgo en el abuso sexual. Estaría relacionado con la implicación del adicto/a en conductas de alto riesgo, mayor vulnerabilidad por falta de apoyo social y menor capacitación para discriminar señales de peligro en consumo.

Otra realidad, que relaciona la sexualidad con el consumo de drogas, es la asociación entre prostitución y consumo. En este sentido esta problemática es más prevalente en mujeres, ya que las mujeres adictas recurren más al uso de su cuerpo para poder costearse la droga. La mayor prevalencia de prostitución en las mujeres adictas suele estar relacionada con situaciones más marginales, consumo de heroína (52,7%) y speedball (41,8%), se practica en la calle y sin protección (VIH 38,8%, Hepatitis C 40% y ETS en un 34,5% según un estudio de la Unidad Móvil de Médicos del Mundo Baleares, 1998).

Por último cabe comentar la dificultad que surge cuando la práctica sexual se realiza bajo los efectos del consumo, generando una fuerte asociación entre ambas. Esta situación suele ser bastante común en los consumidores de sustancias provocando la aparición de disfunciones sexuales cuando comienzan el tratamiento y la abstinencia, siendo en este sentido un objetivo importante a trabajar a nivel terapéutico.

Referencias:

-Echeburúa, E & Guerricaechevarría, C. (1999). Concepto, factores de riesgo y efectos psicopatológicos del abuso sexual en la infancia. Violencia contra niños. Barcelona. Ariel.

-Medina-Mora, M. E., & Rojas, E. (2003). Mujer, pobreza y adicciones. Perinatol Reprod Hum, 17(4), 230-244.

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