Psicopatía, adicciones, violencia interpersonal y conducta antisocial, una relación mixta

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20 abril, 2017

Psicopatía, adicciones, violencia interpersonal y conducta antisocial, una relación mixta |

 

Vamos a hablar ahora de las relaciones que pueden tener entre sí las adicciones, la violencia interpersonal, la conducta antisocial y la psicopatía.

El riesgo de violencia interpersonal puede verse incrementado debido a las adicciones ya sea por intoxicación, la necesidad de financiar el consumo o por ser parte del mercado ilegal de drogas. Otros factores de riesgo que se han puesto de manifiesto compartidos a nivel individual, para ambos problemas son (Yu et al., 2012): padecer un trastorno internalizante, padecer un trastorno mental grave, ser varón, ser joven, tener una educación y un rendimiento escolar deficientes, ser agresivo y tener alteraciones de la personalidad.

Existen varias alteraciones de la personalidad relacionadas con lo que estamos hablando. La impulsividad, la búsqueda de sensaciones y falta de control ejecutivo, (mecanismo complejo relacionado con el control y la regulación de la conducta) son síntomas comunes en los trastornos de personalidad, relacionados a su vez con las adicciones y la violencia interpersonal. Estás variables se muestran de forma más clara en un trastorno concreto de personalidad, el Trastorno Antisocial de la personalidad (TAP).

Según el DSM el TAP es «un patrón generalizado de desprecio hacia y violación de los derechos de los demás que se inicia en la niñez o en la adolescencia temprana y continúa en la edad adulta». Uno de los síntomas característicos que comparte con la psicopatía es la ausencia de remordimientos. La psicopatía se ha definido como un patrón de: (1) insensibilidad y ausencia de emociones, afectos que reflejan una deficiente experiencia emocional, (2) un estilo interpersonal grandioso y arrogante, y (3) una conducta impulsiva generalizada (Cooke y Michie, 2001; Hare et al., 2000).

En cuanto a la búsqueda de sensaciones, los buscadores patológicos son personas impulsivas que carecen de la habilidad para sentir miedo y detectar el peligro, por lo que solo buscan la consecución de la meta sin organizar su conducta, siendo temeraria. Cuando esta búsqueda se extravía a causa de la falta de control ejecutivo, las personas se tornan impulsivas, aumentando el riesgo de agresión impulsiva y de la violencia reactiva y no planificada. Consecuencia de la impulsividad puede ser el abuso de drogas y las adicciones, por lo que es un factor de riesgo.

El consumo y abuso de sustancias en personas con psicopatía se relaciona más con ser temerario que con la dificultad en la expresión emocional (factor común con la violencia interpersonal).

Por último los autores proponen una lista de factores de riesgo que se deben considerar a la hora de evaluar el riesgo de violencia interpersonal, asumiendo que cuantos más muestre un paciente, más alto será el riesgo.

Flórez, G. (2016). Psicopatía, adicciones, violencia interpersonal y conducta antisocial, una relación mixta. Adicciones28(2), 65-70.

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