30 julio, 2015
La importancia del género en el consumo de drogas Mónica Domingo Martínez|
Cuando hablamos de género nos referimos a todos los aspectos psicológicos, sociales y culturales de la feminidad y de la masculinidad que les han sido asignados a hombres y a mujeres en cada cultura y que son interiorizados por cada persona. Aunque también es importante tener en cuenta las diferencias biológicas entre ambos sexos. Por tanto, se podría definir género como las diferencias entre hombres y mujeres basadas en factores sociales o culturales y sexo para referirnos a las características que vienen determinadas biológicamente.
En cada sociedad los roles o papeles sociales que se asignan a hombres y a mujeres son distintos, y determinan un conjunto de pautas de comportamiento (obligadas, permitidas o prohibidas) a las que deben ajustarse. &Estas son transmitidas a través de la familia, los medios de comunicación, la escuela, etc.
La división que se hace entre los roles femeninos y masculinos va cambiando a lo largo de las sociedades y la historia, sin embargo existe un modelo tradicional que asigna a los hombres la responsabilidad en el ámbito laboral, los negocios, más externo a la familia (conlleva más poder y reconocimiento social), mientras que las mujeres tienen la responsabilidad de cuidar de los hijos y el hogar (conlleva invisibilidad, falta de proyección social). Sin embargo, en la actualidad la aparición de un nuevo modelo de roles femenino y masculino, más igualitario, está teniendo un impacto directo en la salud y en los hábitos de consumo de drogas de hombres y mujeres.
Genero y salud
El género tiene una gran influencia en la salud de las personas. Aunque parece contradictorio que las mujeres vivan más que los hombres pero que, a la vez, tengan un estado de salud peor, desde una perspectiva de género se podría explicar:
La posición social más desfavorecida de las mujeres y sus peores condiciones de vida se relacionarían con el peor estado de salud. Esto causa un mayor deterioro tanto a la salud física como a la mental.
Por otro lado, la menor esperanza de vida de los hombres estaría asociada a las conductas de riesgo y a los hábitos insanos. Los hombres sufren más accidentes de tráfico que terminan en muertes.
En relación al trabajo, diversos estudios confirman que, en comparación con las mujeres que trabajan a tiempo completo como amas de casa, aquellas que trabajan fuera del hogar tienen un mejor estado de salud debido a la oportunidad de desarrollar la autoestima y la confianza, el vivir experiencias que aumenten la satisfacción personal. Además recibir un salario aporta independencia económica a las mujeres. Sin embargo, cuando la carga de trabajo total es alta, el compaginar la vida laboral y la salud podría dañar la salud.
Con la superación del modelo tradicional de roles han surgido diferentes cambios, tanto positivos como negativos, que influirían en la salud:
La modificación del comportamiento de muchas mujeres por adaptarse al nuevo rol moderno femenino podría dar lugar a comportamientos que suponen un riesgo para la salud, como el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas, que hasta hace no mucho eran conductas características del rol masculino.
Sin embargo, por otro lado facilita la aparición de cambios que favorecen la protección de la salud. En el caso de las mujeres: consiguiendo autonomía, independencia, creando redes de apoyo social, participando en diferentes espacios de la vida pública, ampliando sus objetivos a algo más que el exclusivo cuidado de los demás, compartiendo las tareas del hogar con los hombres.
El genero y las drogas
A pesar de la progresiva superación del modelo de roles tradicional, en el ámbito de las drogas todavía se percibe el estereotipo del consumo de drogas como algo característico de los hombres, siendo en mujeres percibido como un comportamiento inapropiado.
Aunque cada vez en menor medida, sigue siendo muy común enfrentarse a los riesgos y problemas del consumo de drogas considerando a la población como un conjunto homogéneo, sin hacer hincapié en las diferencias entre hombres y mujeres, ofreciendo las mismas respuestas para ambos. Todo ello conlleva a una respuesta social inadecuada al consumo de drogas por parte de las mujeres, debido a que:
Se sigue ignorando la evidencia de que no son sólo los hombres los que consumen drogas, sino que también lo hacen las mujeres y por tanto, no se les presta la debida atención a los consumos femeninos.
Existe un mayor nivel de rechazo social hacia las mujeres con problemas con las drogas que hacia los hombres,
No se percibe que las consecuencias o problemas del consumo sean diferentes en hombres y en mujeres.
Por todo ello, habría que incorporar la perspectiva de género también a este ámbito para poder hacer frente a los retos y problemas de las drogas y comprender tanto semejanzas como diferencias entre ambos sexos.
Referencia:
Sánchez, L.. (2009). Por qué es importante el género cuando hablamos de las drogas? En Guía informativa: drogas y género(4-8).Xunta de Galicia. Servicio central.
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