La disonancia cognitiva

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24 septiembre, 2015

La disonancia cognitiva |

De manera general, los seres humanos tendemos a la coherencia, es decir, a que nuestras conductas vayan acordes con nuestros pensamientos y valores, pero en ocasiones esto no ocurre.

Si nos paramos a pensar, cualquier persona podría detectar alguna ocasión en su vida en la que ha actuado de manera contraria a sus pensamientos o ha tenido dos pensamientos contradictorios. Un ejemplo en el que se puede ver de forma clara esta situación sería una persona que sabe y es consciente de que hacer ejercicio es bueno para la salud pero sin embargo no lo hace.

Esta situación sería la denominada disonancia cognitiva propuesta por Festingeren, en la que se presenta una incompatibilidad de cogniciones simultáneas o entre esas cogniciones y la conducta, lo cual puede impactar en las actitudes.

Este estado de disonancia cognitiva es desagradable para el individuo por lo que pondrá en marcha determinados mecanismos para reducirla. La utilización de un mecanismo u otro dependerá de varios factores como la magnitud de la disonancia, la libertad con la que se ejecutó la conducta o la facilidad para modificar las creencias o pensamientos al respecto.

Existen varios mecanismos a través de los cuales el individuo puede conseguir el objetivo de reducir su estado de disonancia cognitiva. Este puede cambiar su creencia, cambiar su conducta, cambiar algún aspecto del entorno o añadir nuevos elementos cognitivos.

Este estado y las medidas que se toman para aliviarlo también se da en el marco del consumo de sustancias adictivas. Cualquier persona que tenga una adicción a una sustancia, es consciente de que ésta es nociva para su salud y conlleva riesgos importantes. Esto generaría un estado de disonancia cognitiva, ya que ese conocimiento entra en conflicto con la conducta de consumir, por lo que se llevarán a cabo mecanismos que la reduzcan.

De esta manera, la disonancia cognitiva durante el consumo de sustancias actúa como impulso pero no siempre en la dirección deseada. Dependiendo de otros factores externos a la propia disonancia, se tomarán diferentes medidas. Así, podemos observar personas con adicción que mantienen que los riesgos para su salud no son tan altos o que van a abandonar el consumo en un futuro como forma de obtener consistencia entre sus pensamientos y sus conductas. Sin embargo, en determinadas circunstancias este estado puede favorecer un cese del consumo como forma de reducir la disonancia cognitiva.

Bietti, L.M. (2009). Disonancia cognitiva: procesos cognitivos para justificar acciones inmorales. Ciencia cognitiva: Revista electrónica de divulgación, 3(1), 1517.

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