La cafeína en la abstinencia de alcohol.

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12 septiembre, 2017

La cafeína en la abstinencia de alcohol. |

La cafeína es la más importante de las xantinas, pues es la que se encuentra en mayor proporción en los productos naturales que contienen estas sustancias: cola, café, guaraná, té y cacao como las más destacadas.

 

Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales,DSM-5 (American PsychiatricAssociation [APA], 2013):En este momento no hay datos disponibles para determinar la importancia clínica del trastorno por consumo de cafeína y su prevalencia (p. 504).

 

Sin embargo, es un aspecto conocido que el consumo de cafeína aumenta en un porcentaje muy significativo en aquellas personas que con trastorno por consumo de alcohol inician su abstinencia.

 

Quizá sea sorprendente que con la cafeína [clasificada como psicoestimulante[1] del sistema nervioso central (SNC)], se intente sustituir al alcohol que, como indica el DSM-5,es un conocido depresor del mismo. Sin embargo, aunque la literatura niega la acción estimulante del alcohol (Arias, 2005), se sabe que existe cierto efecto euforizante (atribuido al efecto liberador de las inhibiciones sociales) asociado con la fase farmacocinética en la que los niveles de alcohol van aumentando (Sanchez-Tutret,1997).

 

La búsqueda de este primer efecto euforizante del alcohol es el que posiblemente busca el alcohólico en abstinencia en el consumo de cafeína. Solución desde todo punto de vista contraproducente, pues sus síntomas (hiperactividad del sistema nervioso autónomo, insomnio, agitación psicomotora, ansiedad…) son precisamente similares a los que el DSM-5 describe como propios del síndrome de abstinencia por alcohol, lo que haría que se sumaran sus efectos.

 

Como el síndrome de abstinencia suele producirse en un periodo relativamente cercano al cese del consumo de alcohol, el paciente, que no habrá aprendido nuevas estrategias de conducta efectivas para bajar la ansiedad, correrá, entonces, el peligro de recurrir a alguna sustancia que lo permita,  y nada más indicado para su experiencia que el consumo de alcohol como buen depresor del SNC.

 

O bien, ante una firme determinación de evitar el consumo de alcohol, incrementará el consumo de cafeína, que por encima de los 500 mg/día puede conducir a una intoxicación o un nuevo síndrome de abstinencia (Ambrosio, 2016), de los que sí hay evidencia según el DSM-5 y cuyos síntomas (cefalea, fatiga o somnolencia notable, disforia, desánimo o irritabilidad, dificultades para concentrarse…) provocarán una disfunción en el estado de ánimo del paciente en ningún modo deseable.

 

Referencias:

 

Ambrosio, E. (2016). Psicología de la drogadicción. Madrid: Sanz y Torres.

American PsychiatricAssociation [APA]. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, DSM-5. Madrid: Editorial Médica Panamericana.

Arias, R. (2005). Reacciones fisiológicas y neuroquímicas del alcoholismo. Diversitas, 1(2), pp. 138-147.

Sanchez-Tutret, M. (1997). Alcohol y alcoholismo. En G. Gómez-Jarabo (Ed.). Farmacología de la conducta. Manual básico para psicoterapeutas y clínicos. Madrid: Síntesis, S.A.

WHO Collaborating Centre forDrugStatisticsMethodology (2012), Guidelinesfor ATC classification and DDD assignment 2013. Oslo: Autor.

 

 

[1]Grupo N06BC de TheAnatomicalTherapeuticChemical (ATC) del WHO Collaborating Centre forDrugStatisticsMethodology (2012)

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