Existe una serie de factores de riesgo que pueden incrementar las posibilidades de padecer una enfermedad, como ocurre en el alcoholismo o en el consumo de drogas. Tener muchos factores de riesgo no significa que se vaya a desarrollar la enfermedad, pero sí que las probabilidades son mayores que en otras personas. Entre los factores más importantes se encuentra:

• El sexo: el alcoholismo es cinco veces más frecuente en hombres que en mujeres, debido a que ellos son más compulsivos y más propensos a ser alcohólicos. En el caso de las mujeres, en los últimos años ha aumentado notablemente el consumo de alcohol por parte de ellas y se vuelven alcohólicas en edades más avanzadas que los hombres y su condición tiene un avance mucho m�s rápido.

• Historia familiar: el consumo del alcohol suele propagarse dentro de la propia familia. Así, se puede decir que existe una predisposición genética a desarrollar problemas de consumo de alcohol. Al igual que ocurre con el sexo, el vínculo entre padres e hijos alcohólicos es mayor que al vínculo en mujeres y, además, el porcentaje de casos es también mayor que en padres no alcohólicos e hijos que sí consumen.

• Factores genéticos: diferentes estudios han tratado de determinar que los genes afectan a la forma en la que el cuerpo de las personas responde al consumo de alcohol, incrementando el riesgo de consumo excesivo al tener familiares adictos.

• Factores culturales: en culturas en las que el consumo de alcohol es común y aceptado socialmente se encuentran índices más altos de alcoholismo, usado en muchas ocasiones como reforzador social ya que reduce la tensión y ansiedad, al aumentar la desinhibición. Otra de las causas del mayor número de consumidores se debe a la facilidad para acceder al alcohol y ayudar ante la presión de la sociedad. En cambio, en otras culturas como la musulmana se abstienen de consumir alcohol por que lo que sus índices son muy bajos.

• Vulnerabilidad psicológica: algunos factores psicológicos, como las altas expectativas personales, una baja tolerancia a la frustración, inseguridad, necesidad de ser elogiado y consolado en malas situaciones, o la tendencia hacia la impulsividad y agresividad, pueden conducir al desarrollo del alcoholismo.

• Trastornos psiquiátricos: personas con trastornos como el de ansiedad, depresión, de la personalidad como los antisociales, esquizofrenia u otros trastornos relacionados con el consumo de sustancias como el tabaquismo, presentan índices más altos de alcoholismo que el resto de las personas.