¿EXISTE REALMENTE LA ADICCIÓN AL SEXO?

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1 febrero, 2017

¿EXISTE REALMENTE LA ADICCIÓN AL SEXO? |

El DSM-V cuenta con una nueva categoría diagnóstica, el trastorno de hipersexualidad, que comparte criterios con las conductas adictivas, por lo que se ha debatido en muchas ocasiones la existencia o no de la adicción al sexo.

Este tipo de conducta de adicción al sexo, es una conducta irrefrenable que se realiza para producir autogratificación, son conductas que interfieren en la vida cotidiana del sujeto pero no se pueden dejar de practicar a pesar de las consecuencias negativas que producen. La persona adicta al sexo no se sacia, por lo que existe una hipersexualidad siempre presente en el sujeto, además, muchos estímulos que no son sexuales adquieren un valor erótico por condicionamiento, produciendo en el adicto deseo sexual. Este comportamiento nace en la mente del sujeto donde, al igual que con las sustancias químicas, se libera dopamina, el neurotransmisor que activa el deseo sexual.

La conducta habitual es un impulso incontrolado que conlleva la práctica sexual, física, anónima y breve, poco satisfactoria y que se repite en horas o en pocos días, con distintas personas y sin vivencias amorosas. Es una adicción que afecta en mayor medida a los hombres y se trata de una adicción invisible, ya que no se ve, a diferencia del resto de adicciones químicas.

Comparte características con el resto de adicciones como el alivio del malestar a través de la conducta adictiva, con el sexo se intenta reducir la ansiedad y el malestar emocional. Se utilizaría el sexo como una estrategia de afrontamiento. Sin embargo, a diferencia de otras adicciones, la adicción sexual puede adoptar múltiples formas como la masturbación, las relaciones con distintas personas, con personas desconocidas, el uso de pornografía, cibersexo, etc.

En cuanto a las consecuencias, esta adicción tiene síndrome de abstinencia con unos determinados síntomas como nerviosismo, irritabilidad, ansiedad, dolores de cabeza, insomnio y temblores. Otra de las consecuencias es la pérdida de tiempo que supone para el adicto esta adicción, buscando durante horas su objetivo sexual. Por otro lado, también genera consecuencias en la vida cotidiana, baja la autoestima, pérdida de pareja, riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual, problemas legales, pensamientos de suicidio, descuidar el aspecto físico y la salud, etc.

Las causas y la etiología de esta adicción no están claras del todo, se baraja que en la infancia existieran abusos o traumas sexuales, o fracaso de relaciones de pareja en la edad adulta. Por otro lado, algunos rasgos de personalidad hacen a la persona más vulnerable a la sexoadicción, como la impulsividad, búsqueda de sensaciones, rasgos obsesivos, carencias afectivas o la insatisfacción.

Se trata de un trastorno nuevo incluido por primera vez en un manual diagnóstico, por lo que existen muchos retos de futuro respecto a esta adicción, se necesita más investigación y tratamientos psicológicos eficaces. Los tratamientos disponibles son muy variados, algunos son la psicoterapia individual, la terapia de grupo o la farmacoterapia.

Echeburúa, E. (2012). ¿Existe realmente la adicción al sexo? Adicciones, 24 (4), 281-286.

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