17 febrero, 2017
ESTUDIO DESCRIPTIVO SOBRE EL JUEGO PATOLÓGICO EN ESTUDIANTES (8-17 AÑOS): CARACTERÍSTICAS SOCIODEMOGRÁFICAS, CONSUMO DE DROGAS Y DEPRESIÓN Mónica Domingo Martínez|
El juego ha ido creciendo de manera rápida y continua, puede ser por la gran disponibilidad de juegos, la accesibilidad, la legalización o por el deseo de jugar por parte de la gente.
El juego patológico fue reconocido como trastorno de salud mental en el año 1980 en el DSM-III por la APA, con sus criterios diagnósticos y caracterizado por ser un comportamiento desadaptativo, persistente y recurrente.
Existen dos tipos de jugadores, los sociales, son aquellos que juegan de vez en cuando y son capaces de controlar su conducta, y los patológicos, que juegan frecuentemente con pérdidas de control sobre su conducta. Por otro lado, no se ha detectado un patrón de personalidad que los clasifique como un grupo homogéneo, pero si se caracterizan por poseer características de búsqueda de sensaciones e impulsividad. También se relacionan con un mayor consumo de sustancias adictivas y con puntuaciones superiores en depresión.
La tasa de prevalencia internacional se encuentra entre el 2-3%, sin embargo en jóvenes es ligeramente superior, en torno al 6%. Otro dato curioso es que los hombres juegan más que las mujeres.
El objetivo de este trabajo fue recopilar información sobre esta adicción y averiguar la prevalencia entre menores. Se tomó una muestra de 130 sujetos de 8-17 años, que respondieron al cuestionario South OaksGamblingScreen (SOGS-RA) de juego patológico.
Entre los resultados se encuentra que el 5,4% de la muestra son jugadores patológicos, de entre estos la mitad aproximadamente fumaba tabaco y consumía alcohol. El intervalo de edad dominante entre los jugadores patológicos es de 12/13 años. Las motivaciones para jugar serían la de entretenerse, ganar dinero y por las sensaciones que se obtienen jugando.
Por otro lado, este grupo de jugadores patológicos puntúa más alto en escalas de depresión, y en torno al 43% tiene pensamientos de suicidio aunque no llegaría a hacerlo.
Estos datos alarman de un problema creciente que necesita atención. Un ejemplo sería llevar a cabo protocolos de actuación o campañas de prevención centrándose en la población joven, donde la incidencia es mayor.
Arbinaga, F. (2000). Estudio descriptivo sobre el juego patológico en estudiantes (8-17 años): características sociodemográficas, consumo de drogas y depresión. Adicciones, 12 (4), 493-505.
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