El núcleo accumbens. Mónica Domingo Martínez|

El núcleo accumbens  (Figura 1) es un grupo de neuronas del encéfalo, localizadas en el lugar donde el núcleo caudado y la porción anterior del putamen confluyen lateralmente con respecto al septum pellucidum. Se piensa que este núcleo juega un papel importante en la recompensa, la risa, el placer, la adicción y la aversión (Fernández-Espejo, 2000).

Según describe Ambrosio (2004), en los estudios de autoadministración en animales se ha visto que las drogas podían actuar como reforzadores positivos, lo que contribuye a la idea de que estas actuarían sobre un sistema de recompensa neuroanatómico especializado, y que entre las estructuras neurales de este sistema se destacaría el núcleo accumbens (NACC), como una región importante en la mediación de las propiedades de los reforzadores positivos, por lo que posiblemente, el núcleo accumbens sea una de las regiones cerebrales más importantes en las acciones reforzantes de las drogas de abuso:

• En esta región, las ratas de laboratorio se autoadministran directamente drogas.
• La autoadministración intravenosa de cocaína produce elevaciones dosis-dependientes de los niveles extracelulares de dopamina en este núcleo.
• Las lesiones de esta estructura reducen la autoadministración intravenosa de cocaína, anfetamina y heroína.
• La administración de drogas de abuso generan aumentos extracelulares de dopamina preferentemente en este núcleo, en comparación con otras regiones cerebrales.

¿Como pueden la cocaína, un estimulante que acelera el ritmo cardiaco, y la heroína, un sedante analgésico, ser tan opuestos en algunos aspectos y tan parecidos en la acción operada sobre el sistema de recompensa?: todas las drogas de abuso, además de otros efectos, provocan que el núcleo accumbens reciba una abundante cantidad de dopamina o de otras señales químicas que remedan este neurotransmisor. (Malenka y Nestler, 2004).

Así pues, el núcleo accumbens (junto con la amígdala y córtex prefrontal) desempeña papeles críticos en la valoración de las recompensas y el establecimiento de memorias asociadas a las recompensas, siendo la adicción una usurpación de esos sistemas normales de memoria asociativa que subyace en el aprendizaje y el comportamiento relacionados con la recompensa. (Hyman, Malenka y Nestler, 2006)

No parece, por tanto, que la adicción a una sustancia sea únicamente la necesidad subjetiva de una necesidad de placer, sino que establecemos en nuestro cerebro un nuevo camino que modifica nuestro sistema de recompensa de forma indeleble y que únicamente la abstinencia de la droga impide su activación.