12 julio, 2017
El impacto de la adicción en la pareja Mónica Domingo Martínez|
Muchas de las personas que sufren una adicción dicen que la peor consecuencia de su consumo son los conflictos en la familia. El índice de divorcios es mucho mayor en las parejas en las que uno de ellos es adicto. También se ha visto que el consumo lleva a una persona a tener un comportamiento más violento con sus familiares, tanto con su pareja como con sus hijos.
La pareja de un adicto se enfrenta al comportamiento desconcertante e impredecible de éste, a la vez que muchas veces se hace cargo de sus tareas. Se dice que los familiares desarrollan una enfermedad paralela a la adicción: la codependencia. La codependencia lleva a la persona a “engancharse” a una relación que no es sana y, desde la intención de ayudar, se asumen responsabilidades del adicto y hasta se les protege de las consecuencias de su consumo, lo que a largo plazo promueve que la persona siga consumiendo y no se plantee cambiar su situación. Cuando una persona es codependiente su estado emocional, su felicidad, depende del estado de la otra persona. En el caso de las adicciones, esto implica que la pareja de un adicto en consumo está en peligro de un estado de malestar constante, que puede evolucionar en trastornos como la ansiedad o la depresión.
En las parejas hay tres finales posibles: el adicto sigue consumiendo y la pareja permanece en la relación a consecuencia de la codependencia, el adicto deja de consumir, o la relación se rompe. En las parejas heterosexuales, si es la mujer la que tiene la adicción, el final más frecuente es el de separación.
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