20 marzo, 2018
EL ESTIGMA EN LAS ADICCIONES Mónica Domingo Martínez|
El estigma según una de las acepciones de la Real Academia de la Lengua Española
(RAE) significaría, desdoro, afrenta o mala fama.
El hecho de abusar de las sustancias afecta al consumidor a nivel social y laboral, puesto
que se crea el estigma de drogadicto, que trae como consecuencia el rechazo de la
sociedad.
El proceso de estigmatización viene dado por la idea de apartar a aquellos sujetos que se
comportan de forma social y culturalmente no aceptable. Finalmente existe una
desacreditación de esa persona en la interacción con otros, por lo que ella misma acaba
autoexcluyéndose y aislándose también.
La forma en que este estigma marca la vida de una persona es bajo la señalización y la
carga de atributos negativos, como que tratar con ellos puede ser peligroso, que
relacionarse con ellos puede suponer un riesgo o que estando bajo los efectos de la
sustancia no es capaz de discernir entre el bien y el mal, o entre lo que hace daño y lo
que es inofensivo, de modo que no le importa perjudicar a otros o a sí mismo.
La persona que consume sustancias puede tratar de salir del ámbito de consumo,
tratando de reintegrarse socialmente. Además, para tratar de reducir el estigma a los
grupos minoritarios, se podrían hacer campañas de sensibilización y concienciación, a
través de las cuales se informe a la sociedad de lo que realmente es una adicción.
BIBLIOGRAFÍA
Arribas, F. J. R. (2001). Proceso de construcción de un estigma: la exclusión social de la
drogadicción. Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas, 4(2), 233-
243.
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