Cocaetileno: Consumo combinado de alcohol y cocaína

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30 junio, 2015

Cocaetileno: Consumo combinado de alcohol y cocaína |

Durante los últimos años se ha visto que cada vez son más los pacientes que solicitan tratamiento por problemas de cocaína y que además, simultáneamente, tienen un consumo abusivo del alcohol. En un estudio sobre la vida social de la cocaína (Calafat et al.,2001) prácticamente todos los consumidores que fueron entrevistados vinculaban el alcohol y la cocaína, para poder controlar los efectos de ambas sustancias.

Aquellas personas que consumen conjuntamente el alcohol y la cocaína presentan una serie de peculiaridades frente a los que únicamente consumen cocaína:

– Tienen una mayor percepción de control sobre el consumo (en especial en el consumo de alcohol).

– Aunque su percepción de problemas es solo con la cocaína, su consumo de alcohol lleva al diagnóstico de abuso/dependencia del mismo.

– En cada episodio hay un incremento progresivo de las cantidades consumidas, pero no tanto en la frecuencia de los episodios de consumo.

– El consumo de alcohol es el detonante del craving y la conducta compulsiva de búsqueda de la cocaína.

– Mayor pérdida del control del consumo.

– Tras el consumo: aparición de conductas con rasgos antisociales.

– Mayores consecuencias tanto sociales, laborales, familiares y conductuales, problemas de pareja, conductas relacionadas con el sexo, etc.

INTERACCION FARMACOLOGICA ALCOHOL-COCAINA:

La cocaína se metaboliza por hidrólisis en benzoilecgonina. Cuando se consume alcohol junto con la cocaína, el etanol inhibe el paso metabólico de la cocaína disminuyendo la hidrólisis de ésta, dando lugar al homólogo etílico de la cocaína: el cocaetileno.

En estudios con roedores se ha visto que después de una exposición a ambas sustancias el cocaetileno se encuentra principalmente en el hígado, en el pulmón y en el riñón pasando más tarde a otros tejidos como el cerebro, corazón o bazo. Con estos datos se infiere que la formación de cocatileno podría tener su origen en el hígado para más tarde distribuirse por el resto del organismo.

En estudios con humanos el cocaetileno se detectó en el plasma y en el suero de forma dependiente de la dosis de alcohol. Además es importante añadir que el orden de administración de ambas drogas influye en las concentraciones de cocaetileno en el cuerpo: cuando el alcohol se administra antes que la cocaína hay mayores concentraciones de cocaetileno, en cambio si el orden es invertido estas concentraciones dejan de evidenciarse.

ACCIONES DEL COCAETILENO EN EL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL:

El cocaetileno muestra menor afinidad con los transportadores serotoninérgicos que la cocaína pero, al igual que ésta, impide la recaptación presináptica de la dopamina.

En ratas se ha visto que aumenta el nivel de b-endorfinas en el núcleo arqueado hipotalámico. En esta misma línea se ha visto que en la administración de cocaetileno se ve implicado el eje hipotalámico-pituitario-adrenal. En términos conductuales, la administración de cocaetileno en roedores:

– Incremente su actividad motora.

– Promueve el establecimiento de patrones conductuales de autoadministración.

– Produce una sensibilización cruzada con la cocaína.

– Sensibilización dependiente del contexto.

– Preferencia de lugar condicionada.

– Mayores propiedades reforzantes que la cocaína por sí sola.

TOXICOLOGIA

La interacción entre ambas sustancias hace que se incremente su potencial tóxico ya que ésta interacción no sólo interviene en la degradación del alcohol sino también de la cocaína.

Cuando el cocaetileno se encuentra en el organismo se ha podido relacionar con daño hepático, convulsiones, cardiotoxicidad e incluso letalidad (se necesita una dosis mucho menor que con la cocaína para correr este riesgo).

En cuanto al déficit cognitivo, se ha relacionado con déficit en memoria, atención, orientación y asimetrías sensoriales. La gravedad de este déficit puede ir en aumento a medida que avanza el consumo de cocaína y alcohol, hasta el punto de poder imposibilitar al sujeto su adecuado funcionamiento.

En resumen, podemos concluir que la coadministración de alcohol y cocaína produce un mayor deterioro en las personas que lo consumen de forma conjunta, además de tener consecuencias más graves en todos los niveles.

Referencias:

Pastor R., LLopis JJ., Baquero A. (2003). Interacciones y consecuencias del consumo combinado de alcohol y cocaína: una actualización sobre el cocaetileno. Adicciones, 15, 159-164.

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