23 diciembre, 2015
Cada día se empieza a consumir alcohol antes y la forma de hacerlo está cambiando. Mónica Domingo Martínez|
El abuso del alcohol es un tema de gran preocupación por los efectos que tiene en la salud debido a sus consecuencias sociales y sanitarias. Asimismo, el consumo puede propiciar el interés por otro tipo de sustancias.
El problema está en que se trata de una sustancia legal y aprobada por la mayoría de las personas, pudiéndose observar su consumo en diversas situaciones.
Se realizó un estudio orientado a examinar la prevalencia del consumo de alcohol en los estudiantes de secundaria. Para ello, se empleó una muestra de 1013 sujetos, de los cuales 505 eran chicos y 508 chicas. Se utilizó el cuestionario de hábitos y motivaciones al consumo de alcohol (CHC) para medir la prevalencia en los adolescentes.
Entre los resultados obtenidos es importante destacar que más de la mitad de la muestra había probado en alcohol en alguna ocasión, siendo el 37,8% de este grupo, bebedores habituales. El número de bebedores habituales se ve incrementado con la edad (a los 17 años el 83,1% de la muestra consumiría, porcentaje bastante elevado).
Un dato muy sorprendente es que la media de edad en la que se empieza a consumir alcohol es de 12,2 años, dejando claro que este primer contacto con las bebidas alcohólicas cada vez se lleva a cabo más temprano. La mayor parte del consumo se desarrolla durante los fines de semana.
Lo más consumido son los licores y los combinados, bebidas de mayor graduación, probablemente, este patrón se rija por los deseos de �colocarse� y pasárselo mejor de los adolescentes. El sitio escogido en mayor medida para beber son los bares y las discotecas, con amigos de la misma edad.
El consumo se realiza principalmente por curiosidad, pero también por la presión social dentro del grupo de amigos.
Por otro lado, no se han encontrado diferencias estadísticamente significativas en la ingesta de alcohol entre géneros. El porcentaje de chicos que han probado este tipo de bebidas alguna vez en su vida sería de 70,1%, mientras que las chicas presentan un porcentaje de 65,3%. Las únicas diferencias encontradas se centran en el miedo, por parte de las mujeres, de perder el control por el efecto que provoca esta sustancia.
A modo de conclusión, el alcohol parece favorecer la interacción con los demás por sus efectos de embriaguez y desinhibición, aparte de suponer una forma de diversión entre jóvenes.
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