Cabe concretar, en primer lugar, algunos conceptos básicos cuya definición hará más clara la comprensión de este artículo. El primer concepto a definir es el concepto de cognición. Hablamos de cognición cuando nos referimos a la capacidad para recibir, recordar, comprender, organizar y usar la información proveniente de nuestros sentidos. En este sentido, podemos decir que los aspectos cognitivos incluyen la memoria, la atención, la percepción, la acción y la resolución de problemas.

En el presente artículo se estudiará cómo afecta el consumo de cannabis a este conjunto de capacidades. Primeramente, hablaremos de los efectos cognitivos agudos, es decir, de la alteración de las capacidades cognitivas consecuencia de las elevadas concentraciones de cannabinoides a nivel del sistema nervioso central. En segundo lugar, nos centraremos en los efectos cognitivos crónicos, esto es, las alteraciones que son reflejo de la exposición continuada del sistema nervioso a los cannabinoides.

Respecto a los efectos cognitivos agudos, la investigación ha demostrado que, tras el consumo de cannabis, existe una alteración de la memoria, dificultad en la concentración, enlentecimiento en la velocidad de reacción y afectación de la atención sostenida y dividida. La magnitud de los efectos depende de la dosis consumida y de la vía de administración.

En referencia a los efectos cognitivos crónicos, diversas investigaciones mostraron alteraciones en el funcionamiento cognitivo de consumidores habituales de cannabis, fundamentalmente en pruebas que medían atención, memoria y funcionamiento ejecutivo (Solowij y cols., 1995) (Pope y Yurgelun-Todd, 1996). En este sentido, algunos estudios reflejan una relación positiva entre el número semanal de porros y el grado de afectación neurocognitiva (Bolla y cols., 2002).

Farré, M., & Abanades, S. (2007). Aspectos cognitivos del consumo de cannabis. ASPECTOS PSIQUIÁTRICOS DEL CONSUMO DE CANNABIS, 93-105.