Adicción al sexo.

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Tratamiento de la adicción al cibersexo

18 agosto, 2017

Adicción al sexo. |

 

La adicción al sexo es una adicción de tipo comportamental descrita por primera vez en 1983 de la mano de Canes e incluida recientemente en el manual estadístico y diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-V) como trastorno de hipersexualidad. Se define como una cadena de conductas más o menos estereotipadas que el sujeto es incapaz de controlar y que interfieren en su vida diaria, acompañada, además, de aspectos negativos tales como sentimiento de culpa, rupturas o amenazas de ruptura de pareja, daños a la familia, temor a enfermedades de transmisión sexual, problemas económicos o pérdida de empleo.

Esta adicción lleva asociado un conjunto de pensamientos, fantasías o conductas que producen activación fisiológica y que generan ansia en el sujeto por querer llevar a cabo algún tipo de conducta sexual.

A su vez, la conducta de un sexoadicto parte de un impulso incontrolado dirigido a la práctica sexual física y anónima, siendo un acto breve y frecuentemente poco satisfactorio que se va repitiendo cada vez en intervalos más cortos de tiempo (desde algunas horas a escasos días), con parejas distintas y sin tener en cuenta los perjuicios que puede ocasionarle tanto a él mismo como a sus familiares más cercanos. Hay que tener en cuenta que la conducta sexual de aquellos quienes padecen adicción al sexo carece de intenciones de comunicación o de tener alguna vivencia amorosa, por lo que la conducta sexual no suele implicar afecto o ternura, lo cual supone un punto extra para el desarrollo de una adicción.

A diferencia de otras conductas adictivas, la conducta sexual puede presentarse de diversas formas: masturbación compulsiva, relaciones promiscuas breves con múltiples parejas (tanto homosexuales como heterosexuales), encuentros sexuales con personas desconocidas, frecuentes visitas a prostíbulos o uso de pornografía y/o de líneas eróticas. Además, en la adicción al sexo pueden presentarse, o no, parafilias (pedofilia, exhibicionismo, travestismo, prácticas sadomasoquistas, etc.)

Por último, en cuanto a los datos epidemiológicos, aunque son pocos y provisionales, éstos apuntan a que la hipersexualidad afecta más a los hombres que a las mujeres. Así, tenemos los datos de la Society for the Advancement of Sexual Health (2012), quién señala que entre un 3 y un 5% de la población norteamericana puede considerarse sexoadicta, o los datos de un estudio epidemiológico realizado en Suecia donde se resalta que un 12% de los hombres y un 6,8% de las mujeres pueden considerarse como tal.

Por último, recalcar la dificultad a la hora de detectar este problema, ya que a diferencia de las adicciones con sustancia, la hipersexualidad no puede apreciarse por apariencia física de las personas y tampoco puede comprobarse con analísticas de orina o sangre.

Bibliografía:

Echeburúa, E. (2012). ¿ Existe realmente la adicción al sexo?. Adicciones24(4).

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