26 agosto, 2015
Adicción a la cocaína y trastornos de personalidad Mónica Domingo Martínez|
En este estudio se utilizó una muestra de 60 cocainómanos y 50 sujetos de la población con las mismas características demográficas. Se encontró que el 36,7% de la muestra clínica presentaba un trastorno, siendo los más frecuentes trastorno pasivoagresivo de la personalidad, el trastorno dependiente de la personalidad, el trastorno obsesivocompulsivo y el histriónico.
Los trastornos de personalidad se corresponden con pautas de conducta inflexibles y no adaptativas, estables temporalmente y que reflejan alteraciones globales de la persona.
El estudio de las variables que limitan o mediatizan el resultado de los programas utilizados con pacientes adictos, como los trastornos de personalidad, tiene como objetivo poder aumentar las tasas de éxitos de estos programas. En los estudios realizados hasta ahora se ha encontrado que un 66% de los adictos a la cocaína están afectados también por un trastorno de personalidad.
El objetivo de este estudio es identificar los trastornos concretos que afectan en mayor medida a este tipo de pacientes, utilizando como manual de diagnóstico el DSMIVTR. Los instrumentos de evaluación utilizados fueron la entrevista clínica y el MCMIII.
Los resultados obtenidos con el MCMIII muestran que 22 sujetos (el 36,7% de la muestra clínica) obtuvieron puntuaciones indicadoras de la existencia de, al menos, un trastorno de la personalidad. Los más frecuentes fueron el trastorno pasivoagresivo de la personalidad y el trastorno dependiente la personalidad (con una tasa del 10% cada uno de ellos). Después, el trastorno obsesivocompulsivo y el histriónico, con 4 casos cada uno (un 6,7% del total), y los trastornos esquizoide, fóbico, narcisista y agresivosádico, con 3 casos (el 5% del total de la muestra) cada uno. Los trastornos menos representados fueron el antisocial y límite, con 2 casos (3,3%), y el trastorno autodestructivo de la personalidad, que afectó sólo a 1 caso (el 1,7%).
Además, un 15% de los participantes adictos presentaban simultáneamente dos o más trastornos, y un 6% más de tres. En el caso de la población normal, la tasa de prevalencia de los trastornos de la personalidad es de 16% (8 sujetos), destacando ligeramente el trastorno fóbico y el trastorno por dependencia, con una tasa del 4% cada uno de ellos. Al comparar los dos grupos se encuentran diferencias significativas, siendo la tasa de prevalencia de trastornos de personalidad en los participantes cocainómanos significativamente superior a la muestra normativa. Estos resultados obtenidos corroboran los datos ya encontrados en otros estudios que muestran una alta presencia de trastornos de personalidad en los pacientes cocainómanos.
En cuanto a los trastornos de personalidad concretos con mayor prevalencia, destaca la ausencia de los trastornos del tipo B (el límite y el antisocial), que se consideran más frecuentes. La disparidad e imprecisión de los criterios diagnósticos para los trastornos de personalidad podría explicar, en parte, la divergencia de resultados obtenidos.
Asimismo, no se ha encontrado un trastorno de la personalidad específico que se relacione con la adicción a la cocaína, sino que aparentemente las alteraciones de la personalidad en general podrían constituir un factor de riesgo en el desarrollo de cualquier trastorno adictivo. Los resultados de esta investigación reflejan un índice de comorbilidad muy elevado entre la dependencia de la cocaína y los trastornos de personalidad que, al margen de las limitaciones terapéuticas existentes en el tratamiento de los trastornos de personalidad, resulta imprescindible tenerlos en consideración cuando se tiene que planificar una intervención en pacientes adictos.
Referencia:
Lorea, I., FernándezMontalvo, J., LópezGoñi, J., & Landa, N. (2009). Adicción a la cocaína y trastornos de personalidad: un estudio con el MCMIII. Adicciones, vol. 21(1), pp. 5764.
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