9 enero, 2017
Adicción a Internet Mónica Domingo Martínez|
En la actualidad internet es un componente fundamental de las telecomunicaciones, los negocios, la educación y el entreteniendo. Con casi 2000 millones de usuarios que van en aumento, se ha convertido en la segunda tecnología más usada en todo el mundo después de la telefonía móvil. Con la reciente popularidad de internet, pronto apareció el uso excesivo y así un nuevo trastorno: la adicción a Internet (AI).
En cuanto a lo que significa, han sido muchos los que han propuesto una definición. Para Young se trataba de un trastorno de control de impulsos, con características de los trastornos por dependencia, pero sin estar relacionado con la intoxicación por sustancia, siendo sus criterios diagnósticos los mismos que para el trastorno de juego patológico del DSM-IV; posteriormente Grifftihs propuso seis síntomas característicos y así sucesivamente. Actualmente se entiende como una dependencia psicológica caracterizada por un incremento en las actividades que se realizan por este medio, con malestar cuando la persona no esté en línea, tolerancia y negación de su problemática.
Respecto de su diagnóstico, se han ido implementando varios instrumentos, sin embargo, ninguno de ellos ha obtenido una validación empírica. Entre los más utilizados se destaca el Test de la Adicción a Internet (IAT) que tomó como referencia el previo test de 8 ítems elaborado por Young. Este test consta de 20 ítems y está basado en criterios de juego patológico como de dependencia. Otros test son la escala para el uso problemático generalizado de internet (GPIUS), la escala de cognición en línea (OCS), la escala de adicción a internet (IAS). Sin embargo, el mejor de los diagnósticos lo ofrecerá siempre una entrevista semiestructurada.
Se han identificado una serie de factores de riesgo para éste diagnóstico y serían fundamentalmente el periodo de la adolescencia, una falta de control de impulsos, escasa asertividad y resiliencia, tendencia a la depresión, falta de habilidades sociales, baja autoestima y otros problemas concomitantes, entre otros trastornos afectivos y otras adicciones.
Referente a su prevalencia, se trata de una patología que varía ampliamente entre diversas zonas geográficas y grupos de análisis. Pero en términos generales se cree que a nivel mundial, la presentarían entre el 1,9 y el 10%, con una oscilación máxima del 19% en zonas en que mayor número de adictos se han encontrado.
Entre los tratamientos que han resultado más eficaces y aplicados en esta modalidad de adicción psicológica se encuentran las terapias cognitivas conductuales, puesto que no existe investigación reciente referente a otra metodología, sin embargo, la red se muestra como un posible instrumento de prevención de tratamiento.
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