26 junio, 2017
Acamprosato y naltrexona en el tratamiento de la adicción al alcohol. Mónica Domingo Martínez|
El acamprosato es un estimulante del neurotransmisor-inhibidor de la transmisión GABA, así como una acción antagonista de los aminoácidos excitatorios, particularmente el glutamato (Masiel et al., 2013); parece normalizar la desregulación de la neurotransmisión glutamatérgica mediada por N-metil-D-aspartato(NMDA) que se produce en el consumo crónico de alcohol y la retirada, y por lo tanto atenúa uno de los mecanismos fisiológicos que pueden provocar recaída (Mason, y Heyser, 2010).
La naltrexona, antagonista no selectivo de opioides, bloquea los receptores opioidesµ, lo cual provoca que se liberen menos opioides endógenos en esta zona, y menos dopamina en el núcleo accumbens dando como resultado una reducción del placer asociado al consumo de alcohol (Stahl, 2012).
Masielet al. (2013) realizaron un meta-análisis de 64 ensayos clínicos aleatorizados, controlados con placebo, llegando a las siguientes conclusiones:
- El acamprosato tuvo un tamaño de efecto significativamente mayor que la naltrexona en el mantenimiento de la abstinencia.
- La naltrexona tuvo un tamaño de efecto mayor que el acamprosato en la reducción del consumo intensivo de alcohol o el craving.
También Bouza et al. (2004) realizaron un meta-análisis sobre ensayos clínicos aleatorizados, controlados y publicados completos, realizados entre 1990 y 2002 que evalúan la terapia con acamprosato o naltrexona en la dependencia del alcohol.
En este estudio nuevamente se obtuvieron los resultados de que el acamprosato parece ser especialmente útil en un abordaje terapéutico dirigido a lograr la abstinencia, mientras que la naltrexona parece más indicada en los programas orientados al consumo controlado.
Mason y Heyser (2010) explican la diferencia entre la actuación de ambos compuestos: la naltrexona actúa como un antagonista de los receptores opioides, mientras que el acamprosato mejora los cambios subyacentes en la neuroquímica causada por la ingesta crónica de alcohol y restaura la homeostasis a esos sistemas.
A su vez, el acamprosato tiene un mayor perfil de seguridad, pues no parece interactuar con el alcohol como otros compuestos (disulfiram, antidepresivos, ansiolíticos, neurolépticos o hipnóticos) ni parece interactuar adversamente con la naltrexona (Mason y Heyser, 2010), mientras que se observa que con la naltrexona los efectos secundarios son más numerosos (Bouza et al., 2004).
No obstante, es importante señalar que ni el acamprosato ni la naltrexona son una panacea y que hay mucho trabajo por hacer en el desarrollo de farmacoterapias para la adicción a las drogas (Bouza et al., 2004), al tiempo que sus resultados no son lo suficientemente eficientes para que en la comunidad médica tenga una alta aceptación, y de ahí que los manufacturadores estadunidenses hayan reducido su promoción (Stahl, 2012).
Con todo ello Stahl (2012) concluye que “obviamente los tratamientos farmacológicos son más efectivos cuando se integran con terapias estructuradas” (p. 977).
Desde nuestro punto de vista, la terapia farmacológica es muy útil en muchos casos, pero lo fundamental es un cambio en la conducta y en el estilo de vida.
Bouza C., Ángeles M, Muñoz A, Amate J.M. (2004). Efficacy and safety of naltrexone and acamprosate in thetreatment of alcohol dependence: a systematicreview. Addiction, 99(7), pp. 811-28.
Maisel, N.C., Blodgett, J.C., Wilbourne, P.L., Humphreys, K. YFinney, J.W. (2013) Meta-analysis of naltrexone and acamprosatefortreating alcohol use disorders: when are thesemedicationsmosthelpful? Addiction, 108(2), pp. 275–293. DOI: 10.1111/j.1360-0443.2012.04054.x
Mason, B. J. y Heyser, C. J.(2010) Acamprosate: A prototypicneuromodulator in thetreatment of alcohol dependence. CNS NeurolDisordDrug Targets, 9(1), pp. 23–32.
Stahl, S.M. (2012). Psicofarmacología esencial de Stahl. Bases neurocientíficas y aplicaciones prácticas. Madrid. Aulamédica.
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